La semana de la alta costura en París fue la oportunidad para conocer a la nueva Meg Ryan. La actriz comenzó a operarse desde el 2002 y también se ha inyectado botox.
Su cambió de rostro se vio reflejado en su actividad profesional ya que hace seis años que no ha filmado ninguna película como protagonista.
La estrella de Hollywood, de 53 años, tiene una gran obsesión por el paso del tiempo y la lucha contra el envejecimiento, seguramente no imaginó que su presencia en el desfile ocuparía los titulares de muchos medios.