Natalia Oreiro contó: “cuando empezó a comer, me pidió pescado crudo. ¡Come lenguado crudo! Yo lo veo y digo: “esto no puede ser mi hijo. Es un oso”. Come mañana y noche pescado, lo cual es buenísimo para él, porque es buenísimo para el cerebro. También come algas".
Esta costumbre de alimentación, dice su mamá, que se debe porque durante el embarazo ella tomó unas pastillas que tenían aceite de bacalao y en la lactancia también. Además la actriz es vegetariana y sólo come pescado.
De vez en cuando a Merlín le permiten un gustito. Por ejemplo, Oreiro contó que un día el nene se quedó a dormir en lo de una amiguita y comió lechón y eso le pareció muy novedoso.
"Yo no tengo problema que coma lo que sea. La otra vez fuimos al parque y me dice: '¿Qué es esto?'. Y yo dije: 'lo estoy matando. ¿Cómo un chico de casi 4 años va a decir qué es esto ¡y son papas fritas!? Claramente se comió todo el plato. Lo salado le llama más la atención que lo dulce, cosa contraria a mí. Yo muero por los chocolates", cerró.