En épocas de redes sociales y fanatismo por mostrar cuerpos supuestamente perfectos, las exigencias pueden llevar a malos hábitos y graves trastornos. Y Sol Pérez, algunos años atrás, lo sufrió en carne propia.
"Me obsesioné con el peso cuando era más chica", reveló, y dijo que en su adolescencia llegó a pesar 45 kilos. "No era flaca y alta como mis compañeras", recordó.
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El apoyo de su familia fue clave para salir adelante. Se enteraron de su bajo peso cuando se desmayó en el colegio, al que había llegado tras pasar un día entero sin comer. "Estaba muy mal, no comía nada, comía un yogur en todo el día", agregó Sol, de 24 años, en el programa El show del espectáculo de Ulises Jaitt.
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Hoy su realidad es totalmente opuesta. Además de su ya conocida pasión por el gimnasio, aclaró que se cuida en las comidas, pero que no tiene prohibidos. "Hoy si dejo el gimnasio y la alimentación bajo de peso. Entreno en el Bailando tres horas diarias y en el gimnasio dos horas. Como bastante variado. Me mata cuando voy a hacer presentaciones al interior porque los hoteles tienen de todo, me la paso comiendo alfajores, tortas. Hay que hacer ejercicio, incluso salir a caminar 20 minutos diarios", recomendó.
¿El resultado? Estos abdominales de acero.