Las lluvias vuelven casi intransitables las callecitas de Villa La Tela, en el sudoeste de Córdoba. Carente de asfalto y de tantas otras cosas, apenas uno abandona el móvil de El Doce para adentrarse en una Sala Cuna, convertida en sala de ensayo, se da cuenta que si algo no le falta al barrio, es música. Allí adentro, entre los dibujos infantiles y las sillitas para comer de los bebés, ensaya la orquesta sinfónica Los Benjamines.
Mariano Salinas, realizador y director de cine de 36 años, nos recibe. Cuando conoció este proyecto social junto a Franco Collamarino, su socio y cuñado, se entusiasmaron para realizar un documental sobre la historia de la gestación de una orquesta para niños y jóvenes donde los violines, el chelo o el trombón eran algo totalmente ajenos a un sector que algunos llaman “vulnerable”.
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La película, con una duración de 50 minutos, se llama “El origen de las utopías 1. La Sinfónica de las Villas”. Este sábado a las 17.30 en Ciudad de las Artes será el estreno que incluye de yapa una actuación en vivo de los chicos.
“Quien toca un instrumento, difícilmente toque un arma”, dice Walter “Pollo” Díaz, presidente de la Asociación Civil Los Benjamines y alma mater de este proyecto que incluye a chicos y chicas de entre 8 y 20 años. Gastón, el mayor del grupo, dice estar “nerviosísimo” por el estreno del documental.
Nahuel se pone serio y advierte: “si algo te gusta es fácil”, haciendo alusión a su participación como violinista. Hoy, este modelo de orquesta se replicó en 15 asentamientos de la ciudad. “Somos el McDonald's de las villas”, dice con humor el “Pollo” y estalla la carcajada.
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Mientras tanto, nos cuenta algunos requisitos para pertenecer al grupo: “Si no andan bien en el colegio, no pueden venir, es fundamental que no abandonen la escuela. Y cuando aprenden a tocar un instrumento, tienen que capacitar a otros chicos”.
+ Noticiero Doce junto a la orquesta antes del estreno en Ciudad de las Artes:
Frente a las cámaras y a las órdenes del profesor Juan Traverso, el grupo ensaya “Si yo fuera rico”, del musical “El violinista sobre el tejado”, la inconfundible cortina de El Chavo del 8, y hasta una hermosa y pegadiza versión de “Despacito” está en el repertorio. Dan ganas de bailar. Y no es sólo mérito del hit de Fonsi.
Es que dan ganas de celebrar y de que mucha gente sepa que existe esta Córdoba. Desde el sábado esta historia, seguramente, seguirá inspirando sueños propios y ajenos. Ya lo dijo Eduardo Galeano cuando se preguntó para qué sirven las utopías. La respuesta: “para caminar” .