María del Cerro fue una de las grandes revelaciones del último Bailando por un Sueño, certamen en el que llegó a semifinales, superando a numerosas figuras con más trayectoria en el mundo del espectáculo.
Poco conocida para la mayoría, la modelo se destacó en el baile y también nos regaló uno de los momentos más emocionantes del ciclo cuando bailó merengue junto a su hermano Agustín, quien sufre trastorno madurativo.
Pasados tres meses, la modelo reconoció que, desde ese día, vivió una transformación en su vida. Pero también confesó que, en su infancia, le fue muy difícil superar su rechazo hacia su hermano, porque se llevaba toda la atención de sus padres.
"Agus tiene ese retraso porque tenía que nacer un martes a las diez de la mañana por cesárea, pero lo demoraron un día y medio. Es decir, hubo mala praxis. A mis padres les llamó la atención que no caminara teniendo año y medio. No había exámenes previos tan exhaustivos como ahora. Le hicieron la tomografía computada y ahí saltó que tenía un retraso madurativo, producto del parto demorado", señaló María a la Revista Viva.
"Mi mamá de lo único que se ocupaba era de Agus: de llevarlo al colegio, al fonoaudiólogo, al psicólogo, a equitación, donde participaba de las olimpíadas especiales. No te digo que lo odiaba, pero relacionarme con él era difícil para mí. Sentía rechazo, algo que ahora de grande me hace sentir mal. Y hoy que soy mamá, pienso en mis padres: debe haber sido muy duro ver mi rechazo hacia él", reveló la modelo.
María cuenta que hoy todo cambió y que también los ayudó la exposición de la historia de Agustín: "Hoy somos re unidos y yo lo incluyo en toda mi vida. Es el padrino de Mila, mi hija de un año y medio, viene con nosotros al campito de los abuelos de mi marido. Está incluido en todo. Ahora todo el mundo lo conoce. La otra vez, una señora, en el Paseo Alcorta, me dijo: 'Te quiero felicitar por lo de tu hermano', y se emocionó".