No es ninguna novedad que se viven tiempos de cambio en los cuales diversos sectores de la sociedad lo ven de esa forma y pese a lo difícil de aceptar nuevos estamentos hacia allá vamos. En ese contexto, que desde la industria se visibilice este tipo de cuestiones es un giño políticamente correcto y hasta necesario.
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Es por eso que tras editar un disco experimental e indispensable para una camada de artistas y público reconocido como La Nueva Generación, no llama la atención que Marilina Bertoldi haya sido galardonada con el Gardel de Oro 2019. Convirtiéndose de esa forma en la segunda mujer en ganarlo, luego de Mercedes Sosa.
La música de Marilina ha experimentado una clara evolución con el correr de los años. Hoy su música se puede ubicar en un espacio de pulsiones pop en el que predominan guitarras crudas y una sensibilidad minimalista que alterna con dosis irresistibles de funk.
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En toda esta historia hay una conexión entre Marilina y Córdoba. El apellido Bertoldi desde hace años es sinónimo de rock en nuestras tierras y en todo el país. Si, Marilina es hermana de Lula Bertoldi, la cantante de Eruca Sativa. Banda que conforma junto a Brenda Martin y Gaby Pedernera y que tuvo su génesis en Córdoba hace ya más de diez años.
De hecho, esa pasión por la música viene de larga data en la familia y la propia Marilina se encargó de dejarlo en claro cuando le preguntaron qué pasaría con la estatuilla. “El Gardel se lo voy a dar a mi abuela Potota, pianista y directora de coros, aún a los 82 años. Ella me enseñó a tocar el piano. Me puso en contacto con la música y me permitió expresarme”, dijo la cantante.