Antonio Seguí dejó una huella artística en la ciudad de Córdoba y el mundo. El pintor, escultor e ilustrador cordobés murió a los 88 años en la ciudad de Buenos Aires. Se encontraba de paseo, antes de emprender regreso a París (Francia), su segundo hogar. Allí vivía desde fines de los años '50, cuando viajó a estudiar y desarrolló toda su carrera artística.
Es dueño de obras increíbles, compuestas de dibujos, pinturas, grabados y esculturas. Pero nunca olvidó sus raíces y en la ciudad de Córdoba dejó íconos emblemáticos como “La mujer urbana”, “El hombre urbano” y “Los niños urbanos”, que forman parte de la identidad de la Capital y se encuentran ubicados en puntos significativos.
Seguimos en El Doce tuvo la oportunidad de entrevistarlo en noviembre del año pasado. En una larga charla a la distancia –gracias a la virtualidad- aseguró que todos sus trabajos tienen un “cordón umbilical donde el humor gira del comienzo al final”. Al tiempo que destacó que sus obras tienen una conexión con los más pequeños, sus “espectadores activos”.
El artista también dejó su huella en el Centro de Arte Contemporáneo Chateau Carreras, que funciona adentro de la casona expropiada por el gobierno provincial en 1972. El cordobés de prestigio internacional le había presentado su propuesta Eduardo Angeloz para la creación del mismo. Luego donó importante cantidad de obras de arte propias.
Hacía más de 60 años que estaba en la capital francesa, pero su tonada cordobesa seguía intacta. Al igual que su pasión por el arte plástico y siempre transmitió sus ganas por aprender. Sin dudas, supo hacer historia.