Hoy elegimos para almorzar una parrillada con un concepto diferente. Al estilo bar de copas te sentás, pero en vez de un barman del otro lado está el parrillero. Elegís el corte que quieras, el punto y todo lo preparan a la vista y rápido. ¡Parrillero, marche un churrasquito por favor!
En Córdoba, el Mercado Norte es una parada obligada en sí misma. No sólo para los cocineros de los restaurantes de la ciudad, que compran la mercadería fresca para sus locales, sino para el público que lo elige día a día por la variedad, la oferta de precios, la atención y la posibilidad de tener todo en un mismo lugar.
Además de los puesteros y feriantes hay muchos restaurantes con exquisitas propuestas y para todos los gustos. Están las casas de comidas más tradicionales, de familias históricas, pero también se está abriendo lugar a nuevas propuestas que suman sabores y conceptos gastronómicos diferentes.
Pretto Barra Parrilla es una de esas últimas incorporaciones. Si bien la idea venía de hace rato, acondicionar el lugar llevó su tiempo. Con un diseño pensado especialmente para ese pequeño local, abrió en plena pandemia, todo un desafío. Nadia Dono, la dueña, tenía otro local de comida en el mercado desde hace tres años. Pero quiso redoblar la apuesta y abrir Pretto barra parrilla. Nadia cuenta que su idea para este nuevo local era “crear una intimidad con el parrillero, que sea el confidente del cliente”.
Hacer las compras
Primero lo primero. Antes de sentarnos a comer, acompañamos a Nadia a hacer las compras para la jornada. El Mercado tiene ese no sé qué que lo diferencia de ir a un súper. No es lo mismo. El recorrido se vuelve un paseo de sentidos: se escucha cuando afilan los cuchillos en una fiambrería, las tonadas de la gente cuando hacen un pedido, el ruido de la máquina cortadora de carne. De repente, se siente el aroma de las especias, el color de las frutas y verduras llama tu atención y la complicidad con el carnicero hace que te venda el mejor corte. Y los que trabajan ahí se sienten parte de una gran familia.
¡A la barra!
Ahora sí llegó la parte de probar las especialidades de la casa. Al otro lado de la barra está Daniel Ramos, un experimentado parrillero al que no se le escapa nada. Se mueve tan rápido entre pedido y pedido, sin descuidar los tiempos de la parrilla. Parece una coreografía.
Sale la primera tanda. Chorizo, morcilla, chinchulín y molleja, acompañados de verduras asadas: calabacín, berenjena, brócoli, zapallitos, cebolla y pimientos. Todo muy sabroso y abundante. No pudimos resistirnos y armamos un mini choripan con una salsita criolla riquísima.
Segundo plato, el más pedido: el churrasquito de cuadril. A punto, súper tierno y jugoso. Se nota la buena calidad de la carne. Entre corte y corte, los comensales empiezan a sumarse en la barra. Son clientes habituales, se escucha “lo de siempre” y el parrillero activa.
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Comimos un montón. Y cuando ya nos íbamos, llegó otro platazo clásico que no estaba en los planes pero que no se podía dejar pasar. Una tremenda hamburguesa, con buenas papas fritas y una salsa alioli.
Nos vamos con la panza llena, el corazón contento, y todo muy rápido, el concepto de parrilla al paso hace que este sea una Parada Obligada en pleno centro de la ciudad.