Después de estar diez meses con las puertas cerradas durante el comienzo de la pandemia, los centros culturales de Córdoba se adaptaron a los protocolos y pudieron abrir durante el último verano. La llegada de la segunda ola y las nuevas restricciones, atentan nuevamente contra el sector.
+ MIRÁ MÁS: El Centro Cultural de la Plaza España: otra obra polémica de la ciudad.
Actualmente en la provincia de Córdoba funcionan cerca de 40 centros culturales independientes y al menos 30 se concentran en la ciudad de Córdoba.
Los responsables de los distintos espacios, reconocen que ya no tienen margen para seguir así. “Necesitamos trabajar, además nuestros alumnos nos piden que abramos. Los talleres artísticos son un espacio de contención social muy importante” cuenta angustiada Florencia Moresi, responsable de La Parisina Casa de Arte.
+ VIDEO Escenarios vacíos: el drama de los centros culturales:
Las plataformas digitales hacen posible que las clases sigan de manera virtual, pero nada reemplaza el aprendizaje cara a cara. “Tuvimos que ser muy creativos para mudarnos a la virtualidad y que los alumnos sigan aprendiendo” cuenta Mailén Escudero de la tradicional casa de artistas María Castaña.
Por otro lado, los shows por streaming no atraen de igual manera al público que habitualmente consumía las obras de teatro independiente: “Tenemos propuestas y las difundimos, pero la gente no se engancha del todo” reconoce Mailén.
Si bien reciben ayuda económica del gobierno nacional y provincial, no alcanza para cubrir los costos fijos. “Actualmente quedé sola al frente del espacio, el grupo de actores y docentes se disolvió para dedicarse a otras actividades” dice Florencia.
Ya no queda espalda económica para otro invierno a puertas cerradas. “El aforo permitido durante los meses de apertura no alcanzó ni para cubrir los costos básicos del espacio y otro cierre prolongado pondría en peligro la continuidad” cuenta Mai.
“Cumplimos con todos los protocolos y no hemos tenido contagios. Reabrir las puertas es una necesidad urgente para nuestra comunidad” concluye Florencia.