El auditorio se sorprendió y exclamó “nooo” al conocer la trágica noticia.
El enorme y simpático bullmastiff de la película no estuvo en la presentación que se hizo en San Sebatián y fue reemplazo por una hija de su compañero de film.
“Estuve una semana llorando cuando me enteré... porque nos hicimos muy amigos durante el rodaje. Fue genial”
El perro, que en realidad se llama “Troilo”, había logrado construir una relación intensa con Darín que lo dirigió durante el film, porque “él tiene una mano especial para los animales”, dijo el director de la película, Cesc Gay.
Fue el propio Ricardo quien agregó: “Estuve una semana llorando cuando me enteré... porque nos hicimos muy amigos durante el rodaje. Fue genial”, y rompió en llanto conmoviendo a los periodistas que escuchaban el relato.
“Troilo era una mascota increíble. Había sido entrenada para trabajar con niños autistas. Este es el motivo por el cual la relación con él era tan fácil, porque un perro de semejante tamaño, con ese peso, enorme, realmente, a los pocos minutos de encontrarte con él te dabas cuenta de que le podías hacer cualquier cosa”, recordó.