Palermo. Lombardo. San Martín. El Papa Francisco. Alberto Granado. El lobista Martín Franco. Y tantos otros… Rodrigo de la Serna, con 43 años, tiene en su haber una galería interminable de personajes admirados por la crítica y aplaudidos por el público. Con el tiempo logró ese combo que cualquier artista desearía: popularidad y prestigio.
Pero su veta creativa no se acabó ahí. A los 18 años empezó a estudiar guitarra, y diez años más tarde estaba creando su propio grupo de tangos y milongas llamado El Yotivenco.
Admirador de Roberto Goyeneche pero también de Chico Buarque, Tom Jobim y Toquinho, el actor creció en una familia donde la música no faltaba.
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“Yo vengo de ahí, necesito volver a mis raíces, vengo del teatro. Después de diez meses de estar en España grabando 'La Casa de Papel' no veía las horas de reencontrarme con los chicos”, dice De la Serna
Párrafo aparte merece lo que pasó en su carrera con "La Casa de Papel". La masividad de la serie sumado a las redes sociales se convirtió - dice- en una verdadera revolución. “Me llegan mensajes de Turquía, de Arabia, de Grecia, es una cosa de locos. Es que un programa que se ve en todo el mundo. Con 'Diarios de motocicleta' algo de esto había pasado, pero bueno, no había redes sociales entonces esto es otra dimensión”, reflexiona.
En definitiva, podrán verlo millones de personas en todo el mundo, pero la cercanía con el público en un teatro de 500 personas, para De la Serna es incomparable: “Necesito ese intercambio con los espectadores”.