Luego de recibir más de 100 mil visitantes en su última edición, este jueves al mediodía comenzó el tradicional Festival Peperina que reúne a más de 50 restaurantes que ofrecen sus especialidades a precios promocionales.
Además, grandes celebridades de la gastronomía participan del evento que se lleva a cabo en el Polideportivo Municipal y en la Pista de Atletismo Juan Turri, en Alta Gracia. Uno de los especialistas que es parte de la propuesta es Osvaldo Gross, que este viernes charló mano a mano con Seguimos en El Doce desde la ciudad cordobesa.
Más allá del repaso por recetas y curiosidades de la profesión, el pastelero hizo referencia a un momento decisivo de su vida donde todo cambió. Es que el chef, cuando decidió qué estudiar, se inclino por una profesión que poco tiene que ver con la cocina.
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"El mandato era seguir una carrera universitaria, así que empecé a estudiar geología en La Plata. Después me pasé a geoquímica y, una vez recibido, me mudé a Buenos Aires", relató al comienzo Gross.
Y continuó: "Con uno de los primeros sueldos me propuse hacer algo que me gustara e hice cursos de cocina. Ahí fui enganchando eventos, hasta que un buen día se me dio de poder visitar un hotel donde necesitaban gente y esa fue la primera oportunidad".
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Licenciado en geoquímica, el santafesino aclaró que "no abandonó el laboratorio" cuando arrancó con la pastelería. "Durante un año y medio hice las dos cosas, hasta que dejé el laboratorio de geoquímica y me pasé al laboratorio de pastelería", agregó Gross.
En ese sentido, reflexionó que "la pastelería no es otra cosa que un laboratorio". De todas formas, el pastelero de 61 años reveló que no fue fácil comunicarle a su familia la decisión: "En esa época ser chef o pastelero no era una profesión y no estaba tan bien visto".
El volantazo en su vida al final le salió bien y hoy es uno de los cocineros más reconocidos a nivel mundial.