Soledad Aquino atravesó un 2021 muy difícil debido a problemas de salud. Estuvo internada durante varios meses tras sufrir una hemorragia digestiva. Luego de batallar por segunda vez contra el coronavirus, también debió ser sometida a un trasplante de hígado.
Sus hijas, Micaela y Candelaria, y su exmarido, Marcelo Tinelli, contaban a través de las redes sociales cada detalle de los informes médicos. Finalmente, Soledad salió adelante, aunque sus días post trasplante fueron complicados.
Sobre su presente, la exbailarina aseguró que “aún le cuesta arrancar”. En diálogo con Los Ángeles de la Mañana, reveló que tanto sus hijas como el conductor de ShowMatch estuvieron acompañándola todo el tiempo. Incluso Guillermina Valdes la visitaba en sus días en el hospital: “¡Pobre Guille! Me maquillaba, me sacaba el maquillaje... ¡Qué paciencia!”.
Aquino contó que tuvo mucho miedo cuando le informaron que ya estaba disponible el órgano para iniciar el trasplante. Pero más aún cuando le contaron que “sufrió dos paros cardíacos”. “Mi médico me tuvo que revivir como en las películas. No fue con máquinas, me tuvieron que revivir manualmente”, relató. Y agregó, aún impresionada: “Eso me pareció increíble”.
+ MIRÁ MÁS: Silvina Luna y Martín Salwe, en una noche calurosa en la suite de El Hotel de los Famosos
Luego del trasplante, pasó de un sanatorio a otro para iniciar la rehabilitación. Pero esos días no fueron para nada fáciles: “¡No podía ni siquiera agarrar el celular! Pesaba 49 kilos; no tenía fuerzas ni para levantarme y lavarme los dientes. Fue muy dura esa parte. Pero yo sabía que todo iba a salir bien”.
“Recién tomé conciencia de que mi vida había vuelto a empezar la primera vez que entré a mi casa. ¡Volvía a estar en mi mundo! Sentir los olores de mi casa, estar con mis animales... Ese día fue la gloria del cielo”, expresó emocionada. “Durante un año estuve dependiendo de los demás para todo. Fue una guerra todos los días, todo el tiempo”, contó.
Y cerró con un mensaje alentador: “A todos les aconsejo que se agarren del amor, que es lo que más vale, que recen, que abracen. Siento que me fui y volví”.