Buenos Chicos comenzó a toda velocidad. Nada de medias tintas. La primera secuencia mostró al grupo de amigos siendo detenidos en el marco de un fuerte operativo policial. La cuestión es: ¿cómo llegaron los jóvenes a esta situación límite? La historia se remonta a seis meses atrás.
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Todo comenzó cuando los chicos celebraban la llegada de Chino, que volvió de Estados Unidos para acompañar a su papá, que está gravemente enfermo. En el medio de la alegría por el regreso de su amigo, llegó un llamado inquietante que les cambió la vida para siempre.
Se trataba de Eme, quien se había retirado de la discoteca con un hombre más grande y de aspecto misterioso. Una vez en su mansión, dos adultos más se sumaron a la reunión y quisieron abusar de la chica, que logró escapar.
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Encabezados por Dogo, el grupo de amigos rescató a Eme y decidió hacer justicia por mano propia. A pesar de que Chino y Camila reprobaron la reacción del grupo, todos se metieron en la casa de los captores de Eme y rompieron algunos muebles del lugar.
En medio del descontrol encontraron una bolsa con miles de dólares que decidieron llevarse como una especie de compensación por los daños hacia Eme.
Lo que no imaginaron es que la casa le pertenecía a un peligroso criminal, lo que le traerá consecuencias irreversibles e impredecibles.
Relaciones tormentosas
Además de los conflictos morales que supuso la irrupción en la casa y el robo de la cuantiosa suma de dólares, cada chico debe lidiar con problemas familiares que incluyen alcoholismo, incertidumbre educativa, miedos, negación de la identidad de género y hasta violencia física.
Con vertiginosos giros en la trama, Buenos Chicos promete ser una montaña rusa de emociones en el horario nocturno de la pantalla de El Doce.