Cacho Buenaventura tenía 14 años cuando se subió por primera vez a un escenario de casualidad. Desde ese día decidió que el contacto con el público y las anécdotas cotidianas cargadas de humor serían su trabajo. Hoy reparte su vida entre los shows y su familia, ya que ser abuelo de siete nietos lo tiene muy entusiasmado. “Voy a todos los cumpleaños, cuando mis hijos eran chicos a veces no estaba por trabajo, pero ahora no me pierdo ninguno”.
Los tiempos fueron cambiando y el humor ya no se permite tomar para la risa ciertas cuestiones. Cacho reconoce que él también ha tenido que ayornarse en su repertorio. “Pido disculpas si alguna vez ofendí. No creo que los que hacemos humor lo hagamos con la intención de ofender”, reflexiona. Pero también defiende el oficio convencido: “Estaría bueno que entendamos que el humor es humor, si no lo estamos apuñalando. Y vamos a andar con cara de culo todo el día”.
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Agradecido de todo lo bueno que le ha dado su carrera, recuerda sus primeros años y se ríe. Haber recorrido el país estando en contacto con la gente lo nutrió de las mejores anécdotas y chistes: “Pienso en los lugares donde he dormido, donde he comido… ¡una maravilla! Me gusta hablar de las anécdotas, porque la gente me cuenta chistes hasta en los semáforos”.
Cacho está programando un lindo festejo por sus 50 años con el humor. Llevará su espectáculo “Íntimo” al interior de la provincia y también a Buenos Aires a lo largo del año. Este fin de semana de Carnaval extenderá sus presentaciones en el Teatro Candilejas II de Villa Carlos Paz hasta el domingo.
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