Pasaron 15 días de aquel 25 de enero que lo cambió todo para una familia de la ciudad de Córdoba. Luciano Aranda tenía 14 años. Estaba jugando en una plaza de barrio Alto Alberdi cuando sufrió una descarga eléctrica mortal al tocar un poste de alumbrado público. Su hermano de 12 años y sus amigos vecinos fueron testigos de la tragedia.
Su papá Vladimir aún no encuentra explicaciones. Pero asegura debe ser fuerte por su otro hijo Juan Ignacio: “Él vio todo”. En diálogo con Arriba Córdoba, el hombre quebró en llanto: “Se hace lo que se puede. Todos estamos preparados para perder a alguien, pero esto es distinto”.
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“Ya nada es igual”, manifestó con sus ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada. “Una cosa es perder un familiar que está enfermo y que ha vivido algo y otra muy distinta es mandar a un hijo a una plaza y que no vuelva más”, reflexionó.
“No lo puedo aceptar. Hace 15 días que mi hijo no está en mi casa”, siguió Aranda. “Nada ni nadie me va a devolver a mi hijo”, agregó intentando buscar respuestas ante semejante tragedia, a la que calificó como “negligencia”.
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