"No se sabía si actuaba solo o con colaboradores, y había un violador que ya llevaba una treintena de casos para septiembre de ese año". Las palabras corresponden a Juan Manuel Ugarte, hoy camarista, pero que en 2004 fue el fiscal que se encargó de atrapar a Marcelo Mario Sajen, el violador serial más temido.
Este miércoles se cumplieron 18 años de la caída de Sajen. Sembró el terror en Córdoba tras perpretar al menos 93 violaciones entre 1991 y diciembre de 2004, momento en que decidió terminar con su vida de un disparo al verse acorralado por la Policía.
Los expertos dicen que no hay en los registros judiciales del mundo un caso como el de este hombre: casi 100 violaciones comprobadas, aunque los que investigaron en aquellos tiempos aseguran que estaba cerca de 200 ataques.
En medio del dramático contexto en el que se vivía en Córdoba, Ugarte tomó la posta de la investigación en septiembre de 2004 y trabajó incansablemente durante tres meses. "Fue una investigación de escritorio, literalmente llenado mi despacho de sumarios NN, pero con la gran colaboración de las víctimas", destacó en el informe de Telenoche.
+ VIDEO: el informe de Telenoche a 18 años de la caída de Sajen:
El funcionario recordó que lo primero que tuvo que hacer fue "organizar la investigación". "Sabía que iba a necesitar información, pero no de los canales habituales de la Policía sino de la población misma", agregó.
Para encauzar los datos, Ugarte lanzó una línea 0800 y la fiscalía recibió "más de 1.800 llamados". Otro punto clave fue la modificación del identikit, que hasta ese momento era una identificación que reflejaba a un individuo de rasgos norteños.
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La confusión causó la detención de un verdulero por 41 días, hasta que se comprobó por ADN que no se trataba del violador. "Si nos apuramos en largar un identikit que no estamos seguros que sea el correspondiente, como en este caso, producimos más de un efecto negativo", explicó el fiscal de la causa.
Y añadió: "Esta persona actuaba libremente sabiendo que la Policía buscaba a otra persona, era un rostro norteño que nada que ver. Y las mujeres se cuidaban de los rostros norteños y no de esta persona".
Ugarte también determinó que Sajen no sólo actuó entre 2002 y 2004, sino que también lo hizo de 1991 a 1999. Ese "bache" de registros entre 1999 y 2002 fue fundamental para dar con "El Turco", como le decían. El actual camarista encontró otra pista: "Entre el 97 y el 99 usaba las armas de fuego con total desparpajo, pero entre 2002 y 2004, si bien las mostraba, se cuidaba más".
"Como dicen en la jerga, me di cuenta que esta persona 'había perdido por un arma de fuego'", relató. Lo llevó a suponer que el violador serial había sido condenado por un robo calificado por el uso de arma en ese tiempo en que no había cometido abusos.
"Con eso fuimos achicando los legajos hasta que llegué, faltando 40 o 60, a Mario Sajen", indicó Ugarte. Así se llegó a los últimos días del 2004. El 27 de diciembre el fiscal ordenó que chequearan al violador a la distancia pero no se cumplió y se lo entrevistó. Luego, allanaron su domicilio y tomaron pruebas biológicas que les dieron positivas.
El encargado de la investigación no quiso esperar más y se activó el operativo al día siguiente. El obejtivo era que Sajen no abandonara la provincia ni siguiera violando mujeres. Con el tiempo se supo que tenía comprado un pasaje para irse la misma jornada en que fue atrapado.
Hace 18 años, en horas de la mañana, más de 200 policías cercaron a Sajen en barrio Santa Isabel de la capital. Antes de ser detenido, el violador serial sacó una pistola y se disparó en la cabeza. Agonizó varias horas y finalmente murió en el Hospital de Urgencias.