Las huellas que dejó la pandemia aún no logran borrarse. La crisis económica acrecentó el drama de muchas familias de los barrios más humildes de Córdoba que hacen malabares para sobrevivir.
Por suerte existen corazones solidarios como el de Mónica Pérez. En plena cuarentena abrió un comedor comunitario al que llamó El Porvenir. En su casa de barrio Los Filtros no sobraba -ni sobra- nada y también se había quedado sin trabajo al igual que otros vecinos. Sin embargo, no les dio la espalda y se ocupó de que al menos lleguen los alimentos para niños y niñas del barrio.
Todo comenzó una tarde cuando salió a vender empanadas. Después de golpear y golpear puertas, se encontró con una situación desoladora. Una mamá le pidió que se fuera para que sus hijos no vieran las empanadas. Tenían hambre y no podía darles de comer. Mónica se las donó al caer en la cuenta que existía gente que tenía menos que ella.
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Fue así como convocó a otras vecinas y entre todas juntaron alimentos. De esa manera nació el proyecto solidario. Pero pasaron dos años y los problemas siguen.
Actualmente entregan más de 200 raciones de comida, entre merienda y cena, por día. También asisten a adultos mayores. El Porvenir se convirtió en un lugar de contención.
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“Empezamos con una copa de leche y a los días empezamos a pedir mercadería para sostener los niños”, contó Mónica en diálogo con Total es Sábado! Pero necesitan ayuda para poder continuar de pie. Solicitan desde alimentos, ropa, utensilios hasta elementos para que los menores sigan con sus estudios.
A un mes de la celebración del Día de la Niñez, Mónica Pérez solicitó de la colaboración de los cordobeses para la campaña de recolección de juguetes usados en buen estado.
Para ayudar, comunicarse al teléfono 351-2301827