Un robo de película se vivió el domingo alrededor de las 13:30 en barrio Alta Córdoba. La dueña de un kiosco fue sorprendida por un ladrón armado que se llevó la recaudación del día, aunque jamás se imaginó el final que protagonizaría.
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Un hombre de aproximadamente 38 años, con traje, camisa blanca y lentes, ingresó al local a comprar chicles. “La tercera vez que me pide el cambio, veo el arma que tenía en la carpeta, le dije que no le daba nada. Le tiro encima un mueble e intento escapar. Pero me agarra del pelo, me tiro al piso y empecé a pelear”, relató la mujer en diálogo con Telenoche.
Ante la desesperación, comenzó a gritar para pedir ayuda a la gente. En ese instante, el ladrón golpeó la cabeza de la víctima contra el mueble, le arrancó un mechón de pelo y en una bolsa guardó 2000 pesos que sacó de la caja. Fue en ese momento, en que ella logró escapar del kiosco y encerrarlo.
Sin embargo, el delincuente consiguió huir hasta su auto que estaba estacionado a la vuelta del negocio, aunque no pudo hacerlo arrancar porque se olvidó las llaves –se cayeron durante del forcejeo-. Cuando salió de adentro del auto, comenzó a disparar: afortunadamente ella se salvó y pudo esconderse detrás de un árbol.
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El hombre siguió escapando, intentó robarle el auto a un taxista, a quien golpeó de un culatazo. Minutos después, recibió un impacto de bala por la espalda y terminó tirado en la calle. Fue trasladado herido al Hospital de Urgencias. Aún se desconoce quién le disparó.
La kiosquera no sale de la conmoción. “Siento impotencia por los golpes que me dio y estoy cansada de que me roben. No me parece justo”, expresó entre lágrimas y desesperada por la situación que vivió, donde su vida estuvo en peligro.