Mateo Natalí tenía 17 años igual que Valentino Blas Correas cuando policías dispararon contra el auto y mataron a su amigo. Aquella madrugada del 6 de agosto de 2020 su vida cambió por completo. El “alivio” llegó después del juicio contra los agentes que con la pistola reglamentaria asesinaron al adolescente. Y también con el “perdón” de Fernando Casalino, el empleado del Sanatorio Aconcagua, condenado por abandonar a la víctima.
Luego de escuchar el testimonio revelador del trabajador en Telenoche, Natalí confesó en Más Radio: “El perdón me trajo alivio para poder seguir”. Después de tres años pudo comprender que él no les debía su perdón a los responsables de la muerte de su amigo. “No podía superarlo, no tengo por qué seguir castigándolos, no es bueno tener odio”, reflexionó.
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El joven reveló que tanto la mamá como el papá de Blas, su familia y los familiares de sus amigos les enseñaron que “era muy importante lo del perdón porque no servía seguir enojado”. Por eso, destacó el momento en que durante el juicio Casalino le pidió perdón a Soledad Laciar y se fundieron en un abrazo: “Es muy importante y demuestra lo humano”.
El amigo del adolescente asesinado por la Policía sostuvo que el empleado del Sanatorio Aconcagua “en serio está arrepentido” y le “alivia mucho saber que fue una mala decisión que tuvo”.
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Al igual que Fernando Casalino, Mateo contó que ese 6 de agosto “no quería perdonar a nadie, estaba enojado con la vida, triste, no tenía compasión”. Pero con el paso del tiempo se dio cuenta que hubo gente que “actuó muy mal y está pagando por esas acciones”, pero también hubo gente que tuvo “reacciones que no maneja, no controla” como el caso del empleado condenado.
“Es un hombre que estaba trabajando en una noche complicada porque no había luz, un contexto de pandemia, y te cae un chico con un disparo en la espalda, te aseguran que fue la Policía, vos no sabés si fue así, todos y llorando y tenés que tomar una decisión y ni siquiera la llegás a medir”, sostuvo Mateo al referirse al accionar del trabajador.
“Esa noche todos estaban nublados y actuando de puro instinto. No tuvo la mejor decisión, pero no sé si se lo puede culpar porque son reacciones que uno no maneja, no controla”, enfatizó.
Para Mateo Natalí, el caso de Blas “hizo muy visible todo esto de que no había capacitaciones en una guardia, la Policía no tenía protocolos, y por eso creo que fue un caso histórico y sirva para que no se repita”.