No hay un método más efectivo para afirmar conocimientos que “haciendo” lo que se estudia y eso, en la Escuela Agrotécnica Salesiana Ambrosio Olmos, lo tienen muy en claro. La institución está enclavada en plena zona rural a 30 kms de la ciudad de Río Cuarto. Es un colegio mixto de nivel medio con internado para varones, y ofrece, en su currícula, la orientación agrotécnica, aunque su gran diferenciador son sus instalaciones. “Los chicos vienen normalmente con aspiraciones de trabajar en la parte agrícola o ganadera, pero nosotros le damos el plus de la industria” comenta Sergio Natali, Jefe General de Enseñanza Práctica.
La Estancia San Ambrosio, lugar donde está ubicada la escuela, cuenta con 5 mil hectáreas las cuales, parte está destinada a la siembra, y parte para generar alimento para sus animales. Cuentan con producción vacuna, porcina, avícola, tambo con 200 madres en ordeñe y una moderna planta láctea donde se fabrican quesos y dulce de leche que se distribuyen en todo el país. Todo este predio brinda el lugar ideal para que los alumnos puedan aprender cómo se realiza cada paso de producción.
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“Dentro de la actividad académica tenemos lo teórico, lo práctico, y las prácticas que es lo que se vive en realidad en el día a día. Allí es donde te pasan las cosas; estás trabajando, se te rompe una máquina, y hay que repararla porque hay que seguir sí o sí, todo eso es importantísimo que el chico lo vea y lo pueda vivir”, resalta Humberto Fenoglio, el responsable de Industria de la institución.
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“Hay empleados que se dedican exclusivamente a la producción y después tenemos un instructor que acompaña a los chicos en cada uno de los procesos. Los estudiantes desparasitan, hacen tacto, en 7mo año se les da un curso de inseminación artificial, se hace el destete, la castración, hacen todo”, completa Gonzalo Gazzarino, responsable de producción animal.
“Los chicos cuando rinden sus proyectos el último año, tienen que hacer una integración de todo el procedimiento. Tienen que saber qué pastura van a sembrar para que la vaca produzca la mejor leche, con la cual después se hace el queso y el dulce”, explica con orgullo el Padre Director Roberto Camusso. Y agrega: “Junto con la formación agropecuaria, también está la formación en valores que es propia de una Institución de carácter religioso como la nuestra. Los desarrollamos como personas íntegras y eso se valora a la hora de la salida laboral”.
Un 60% de los alumnos siguen estudiando en la universidad y quienes no, ya tienen el nivel para ser capataz con manejo de personal. “Los chicos son requeridos por empresas gracias a su formación personal y profesional. Tenemos constantes consultas por exalumnos. Hay mucha salida laborar y mucho futuro en el campo”, dice Sergio Natali.
Bajo esos conceptos de formación, está claro, que el futuro del campo está asegurado, sólo resta lograr que distintos ámbitos de la sociedad puedan replicar el sistema “aprender haciendo” para poder asegurar un futuro en un espectro aún más amplio.