A su hijo lo asesinaron delante suyo y aseguró que irá hasta las últimas consecuencias para que los culpables "paguen". Vanessa Arrieta, la madre de Agustín Ávila (16), designó abogado para constituirse como querellante en la causa por el crimen ocurrido el domingo en Jesús María.
La mujer participó de una marcha acompañada por su pareja, demás familiares y amigos. Recorrieron desde barrio Guiñazú hasta Ciudad de los Niños para exigir justicia. "Queremos que todos vayan preso", remarcaron en la manifestación.
Agustín fue atacado por una patota. Según relató su madre, intentaron robarle una visera y en medio de una golpiza le dieron puntazo en el cuello con una navaja. Murió en el acto.
"No llegué a defenderlo, no me pude levantar", repitió la mujer durante la marcha de este martes. De acuerdo con su testimonio, mientras un grupo golpeaba al adolescente otras personas la agarraron a ella.
Vanessa dejó bien en claro los motivos de su presencia en la protesta convocada a 48 horas del crimen: "Estoy acá por él. Quiero que cambien las leyes".
Qué esperan de la investigación
La mamá de Agustín designó al abogado Carlos Nayi, quien hará la presentación en los tribunales de Jesús María como querellante particular. El letrado señaló en diálogo con ElDoce.tv que la familia de la víctima apunta a "tres niveles de responsabilidad".
Por un lado mencionó la falta de intervención policial en un disturbio previo dentro del anfiteatro del Festival de Doma y Folklore, pero del que no participó la banda que atacó al menor asesinado. "La pelea cesó cuando le pusieron fin los propios protagonistas", afirmó Nayi sobre ese altercado.
En otro orden dijo que los familiares del adolescente piden analizar la responsabilidad de todos los que participaron del homicidio. Remarcó que hubo al menos otros 19 agresores e insistió en la "falta de prevención de la autoridad policial".
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En tercer lugar habló de la falta de respuesta médica. "Qué pasó cuando pidieron auxilio a una ambulancia que estaba adentro del predio del festival y argumentando cuestiones formales que no podían salir no brindó asistencia", cuestionó el abogado, que a su vez planteó que la ambulancia que constató la muerte de Agustín "llegó a los 20 minutos ante el pedido desesperado del padre del corazón que tuvo que abrirle paso".
Nayi pidió colaboración para sumar testigos de lo sucedido. "La gente no debe tener miedo, la gente debe hablar, debe describir lo que ocurrió, debe aportar datos que es la mejor manera de evitar que estos hechos vuelvan a producirse en el futuro", convocó.
¿Legislación desactualizada?
El abogado cuestionó la legislación vigente respecto a los menores no punibles. "Esto es un llamado de atención, algo tiene que cambiar en Argentina. El menor de 15 años de hoy que es inimputable no es el menor de 15 años de décadas atrás", consideró.
"Todo ha evolucionado, el menor de 15 años de hoy sabe perfectamente lo que hace, cómo lo hace, con un agravante: no tiene autogobierno, no hay diques de contención respecto a frenos inhibitorios, lo que lo convierte particularmente peligroso para la sociedad", analizó Nayi.
Sostuvo que "no hay voluntad para un abordaje a nivel legislativo". Y aclaró: "No se trata de encarcelar niños, porque la delincuencia juvenil no se soluciona llevando a la cárcel a un menor, pero tenemos que brindar un tratamiento totalmente diferente".
El antecedente del caso Báez Sosa
Para Nayi, el caso de Agustín en Jesús María es más grave que lo sucedido con Fernando Báez Sosa hace tres años en Villa Gesell, crimen por el que son juzgados ocho rugbiers. “Se rompió el contrato social y moral. La vida en Argentina y en Córdoba está totalmente devaluada", deslizó.
"Si miramos con horror lo que ocurrió con los rugbiers, mucho más grave es lo que ha ocurrido en Córdoba", recalcó el abogado que representa a la familia del menor asesinado el fin de semana.
Al reflexionar sobre los reiterados casos de violencia, definió: "Estamos viviendo situaciones de peligro constantemente, no son hechos aislados. Todos los días nos encontramos con que se mata por matar, se mata por placer, se mata por una visera, se actúa en grupo, verdaderas manadas que llevan adelante conductas criminales".