El bebé está internado en un hospital de Ramos Mejía, por los fuertes golpes que recibió en la cabeza y en distintas partes de su cuerpo al caer en el suelo. "Lo tiraron cómo si fuera una bolsa", dijo Luciana.
Los ladrones sorprendieron a la mujer, cuando intentaba bajarse de un Renault Sandero, en su casa de calle Pringles y General Conesa. Le pidieron las llaves del auto, se las entregó pero se negaron a darle la criatura. Desesperados para huir, abrieron la puerta y la tiraron antes de escapar.
El testimonio de la madre demostró la crueldad y la frialdad con la que actuaron los delincuentes. "Fue en la puerta de casa. A las 22.30. Estaba llegando con el auto y uno se sentó en la parte trasera, donde estaba Mateo, de cuatro meses. Les pedí que lo bajaran y lo tiraron a la calle”.
Los ladrones estaban “desesperados”, dijo Luciana a los periodistas. Además, contó que no se resistió y actuó con tranquilidad, pese al difícil momento. Quería proteger a su hijo, pero no le tuvieron piedad.