Parecían una familia normal, pero resultaron ser una de las bandas criminales más peligrosas de la historia argentina. Ahora, su caso volvió a ocupar las primeras planas de los medios a raíz de la película El Clan, que dirigió Pablo Trapero y que en tan solo algunos días en cartelera se convirtió en un verdadero éxito.
Es que Los Puccio marcaron un antes y después en los Policiales producto de lo macabro y sorpresivo que fue su accionar para la sociedad. Secuestraban a sus conocidos, cobraban el rescate y luego los asesinaban sin pudor alguno, escondiendo a sus víctimas en su propio domicilio de San Isidro.
Lo que generó que toda la familia quedara implicada en los crímenes, no sólo Arquímides Puccio, el padre y cabeza del clan. Sin embargo, Adriana, la hija menor, fue absuelta por la Justicia. Al momento de la detención de su familia, en agosto de 1985, ella tenía 15 años y aseguró no estar al tanto de lo que ocurría en una de las habitaciones y en el sótano de su casa.
Por lo que pasó tan solo dos días detenida en un instituto de menores y luego quedó en custodia de sus tíos. Ahora, 30 después, la revista Noticias la fue a buscar para saber qué había sido de su vida: con 45, se cambió de apellido, vive en medio de un estricto perfil bajo y trabaja en un proyecto naviero, después de haberse desempeñado en una editorial y en un banco.