En la periferia de la localidad de Río Segundo se ubica el barrio El Vado, escenario de pequeñas y humildes casas habitadas por numerosas familias sumidas en la pobreza. En el plano oficial municipal, El Vado no figura. Las calles que lo rodean tampoco tienen nombre. Ni siquiera fue censado. Pero sí cuenta con dos servicios básicos: energía eléctrica y agua potable.
La invisibilidad es aún mayor y dramática: el basural fue trasladado allí hace muchos años. Desde entonces, más de 70 familias se encuentran sumergidas en el peligro y la contaminación que representa la mugre que arrojan todos los habitantes de esa ciudad, incluso -la más preocupante- es la que llega desde el hospital (residuos patógenos). Los vecinos se sienten completamente olvidados.
Cada mañana esperan la llegada de los camiones recolectores. Con enormes bolsas blancas, salen a trabajar: seleccionan, recogen y venden el cartón, plástico, vidrio, chatarra, trapos y todo residuo apto para reciclar.
Trabajan y viven del basural a cielo abierto. Antes llenaban cuatro bolsones por día. Ahora no llegan a uno, que representa un valor de 200 pesos. Antes lograban venderlos cada 15 días. Ahora necesitan de un mes para llegar a la carga (37 bolsones, lo que el comprador les exige).
“Es mi fuente de trabajo”; “Es cansador”; “Te mata la espalda”; “Se te baja la tensión”; “Te agarra sed”. Son algunas de las frases que las mujeres –quienes en su mayoría son las que salen a recoger la basura- expresaron a este medio. En su mirada, algo triste, se puede ver y sentir ese cansancio, esa impotencia de no existir para el otro.
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“La Municipalidad no ayuda en nada”; “Nosotros nunca vamos a pedir”; “Durante las campañas para elecciones, el intendente (no fue reelegido) nos dijo que somos unos negros mugrientos y que iba a mandar peine piojero y shampoo”; “Nos prometió que iba a organizar el basural”. Los reclamos persisten y son aún mayores. Las soluciones nunca llegaron.
"Cuando se prende fuego, los bomberos no quieren venir, dicen que somos nosotros los que lo causamos", "El fuego lo sufrimos muchísimo"; "Durante un feroz incendio, una casa casi se quema. Hubo hasta evacuados"; "Por el humo, niños y grandes tienen EPOC". El fuego es otro de sus enemigos. Durante los períodos de fuertes vientos y sequía, se producen los incendios como resultado de la combustión de los materiales.
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"Hay hasta ratones con sarna"; "Hubo invasión de cucarachas y tuvimos que exterminarlas por nuestra cuenta"; "La mosca es inevitable en verano"; "Un día apareció un alacrán debajo del colchón"; "Todos los días limpiamos nuestras casas y desinfectamos". La realidad es alarmante. La desigualdad crece. La esperanza de un barrio que agoniza.
El actual intendente Darío Chesta, quien asumió el pasado 10 de diciembre, aseguró a ElDoce.tv que está "preocupado" por la situación del basural. Además, cuestionó a la gestión anterior: "Han dejado un desastre".
"La primera medida que vamos a tomar es descolapsar el basural y buscar otro lugar, lo más alejado posible", indicó. "También realizaremos campañas para concientizar y separar la basura", agregó.
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