Asesinatos en serie de bebés recién nacidos sanos en el Hospital Materno Neonatal. Esa es la acusación que pesa sobre la enfermera Brenda Agüero (27), detenida e imputada por homicidio calificado reiterado por medio insidioso. Es la principal apuntada por dos fallecimientos registrados el 6 de junio pasado.
El fiscal Raúl Garzón investiga si la joven suministró las "sustancias tóxicas incompatibles con la vida". Intenta esclarecer si fue quien les inyectó potasio a los bebés de forma intencional. Los informes complementarios de las autopsias confirmaron que las causas de muertes fue hiperpotasemia.
El pasado viernes, Agüero fue arrestada en su casa de barrio San Jorge de la ciudad de Río Ceballos. Vivía junto a su familia, que insiste que “es un perejil”. Arriba Córdoba dialogó con vecinos, quienes no salen de la conmoción.
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Sorprendidos por la detención, algunos manifestaron que no tenían relación y la “conocen de pasada”. Además, aseguraron que “nunca vieron nada raro”.
“Son buenos vecinos, nunca tuve problemas”, destacó una mujer que reveló cuidaba a Brenda cuando era niña. Hace 18 años vive en ese barrio y afirmó que “son buenas personas”.
Un hombre que vive al frente de la vivienda de la familia de la enfermera contó que desconocía que trabajaba en el Hospital Materno Neonatal. “Como vecina era una persona que venía, trabajaba y nada más. No tenía relación de vecino”, detalló.
Sobre lo ocurrido, dijo: “Es algo impresionante y conmocionante porque uno siempre piensa en esas cosas como que no suceden acá y terminan sucediendo”. “Fue duro”, cerró.
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