La cosecha 2021 se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para los productores vitivinícolas de Mendoza. Sucede que la pandemia imposibilita la llegada de trabajadores "golondrina" y, ante este escenario, en la provincia apuestan a la mano de obra local "en blanco".
Desde el Gobierno provincial lanzaron hace tres semanas una campaña de búsqueda para la capacitación y empleo de 10 mil desocupados mendocinos, pero hasta ahora solo se anotó la mitad. Esto demuestra el bajo interés en querer ser parte "registrada" de la vendimia del próximo año, que cada temporada demanda casi 50 mil cosechadores.
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Según informó La Nación, el principal problema que impide contar con personas predispuestas para un empleo formal en el sector son los planes sociales que otorga el Gobierno nacional. Los beneficiarios temen quedarse sin la asistencia una vez que concluyan la actividad en los campos.
El inconveniente central de la baja convocatoria es que muchos cosechadores terminan acercándose a los empleadores para realizar las tareas pero piden en negro, lo que representa un verdadero riesgo para todos los actores de la cadena. "El problema, por ahora, sigue siendo la imposibilidad de que lleguen los golondrinas, por eso apuntamos a la mano de obra local, pero está difícil", aseguraron las autoridades de Mendoza.
Los datos suministrados al medio citado aclaran que en la actualidad la mano de obra necesaria para el proceso de cosecha es de aproximadamente 48 mil trabajadores. De ese total, 9 mil son empleados permanentes listos para cosechar, mientras que, históricamente, los 39 mil restantes son mano de obra temporaria, proveniente en su gran mayoría de las provincias del norte, principalmente Tucumán y Salta.
La convocatoria continúa abierta en el sitio web del Gobierno de Mendoza, aunque solo pueden anotarse quienes se encuentran desempleados.