En menos de tres semanas la reserva Proyecto Carayá, ubicada en el valle de Punilla, recibió dos nuevos cachorros de puma. Estos se suman a los ocho que ingresaron en tan solo dos meses durante 2022. Así, el centro de rescate duplicó la cantidad de estos animales que tiene a su cargo en el último año.
“No es que haya más pumas, cada vez tienen menos ambiente”, resumió a ElDoce.tv la directora de Carayá, Alejandra Juárez. Remarcó que parte de la problemática está vinculada a las actividades agrícolas.
Detalló que por la falta de monte silvestre, muchos buscan refugio en los campos. En la época de trilla, los felinos huyen y, en muchos, casos las madres se ven obligadas a abandonar a sus crías.
Los últimos dos cachorros fueron víctimas de estas situaciones. Sus historias se viralizaron en redes sociales y el video fue reproducido por casi 50 mil personas.
+ El video viral y la historia de los dos cachorros:
Uno fue encontrado tirado en una zanja, en la zona de Del Campillo, y el otro a las afueras de Río Cuarto, vagando por un camino aledaño a un cultivo.
En ambos casos sufrieron desnutrición, deshidratación y golpes. Los conservacionistas afirmaron que esto suele generarles problemas en su desarrollo. Además, advirtieron que muchas veces se dificulta su reincorporación a su medioambiente natural por los intensos cuidados que necesitan y el contacto con personas que eso implica.
Mitos y protocolos
Juárez sostuvo que, ante este escenario, muchos tienden a abandonar a los animales a su suerte con la idea de que sus madres volverán. Según la especialista, “no hay estudios científicos ni registros de que así sea”.
“Lo que para ellos era un bosque de maizales deja de existir, el ambiente se modifica, cambian los olores”, especificó. Y agregó: “Por su instintos de supervivencia biológicos las hembras no van a volver mientras haya un riesgo, saben que el próximo año pueden volver a reproducirse”.
En ese sentido, explicó que lo mejor que puede hacer cualquier persona que se encuentra con pumas es dar aviso de inmediato a Policía Ambiental, para que las autoridades decidan los pasos a seguir.
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“No hay que tocarlos ni manipularlos, solo tenerlos localizados para indicarle a los oficiales”, insistió.
Las “islas” en los cultivos, una posible solución
Más allá de la pérdida de su medioambiente, que es una problemática multicausal, la directora de Carayá sugirió una posible solución a las consecuencias del trillaje. Recomendó volver a incorporar “islas” en los cultivos.
El concepto es dejar partes del campo sin sembrar ni cosechar. De esta forma, los animales podrían encontrar refugio en esa zona.