Todos los días, Carlos Subils va al campo, ubicado a cuatro kilómetros de su casa en la ciudad de Pilar. No existe un día en que no se lleve una sorpresa desagradable, como en esta última oportunidad cuando se dio cuenta que le sacaron 12 lechones, entre ellos, ocho recién nacidos y que difícilmente sobrevivan.
Lleva muy bien registrada la cantidad de veces que fue víctima de la inseguridad. Realizó 97 denuncias, pero la realidad es que ya le robaron más de 100 veces. Está cansado, ya no encuentra la manera de evitar ser blanco de los ladrones y está con mucha bronca porque no puede trabajar tranquilo en ese campo que heredó de su familia.
De esos 100 hechos que soportó y sigue soportando, lo único que encontraron fue una escopeta en la comisaría de Pilar. Tiene el récord de los robos y, a pesar de realizar la exposición, jamás apareció algo de lo que le sustrajeron.
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Ahora ya no confía en nadie y "cree que la Policía está metida". Siente mucha impotencia porque ya “no puede hacer ni la denuncia porque desconfía hasta del policía a quien le dice que le robaron”.