En nuestro país, un 40 porciento de la población padece trastornos para conciliar el sueño y duerme poco y mal. Son datos de la Asociación Argentina de la Medicina del Sueño. Las consecuencias negativas en nuestra vida son incontables. Pero la mayoría de la gente tiende a subestimar el tema.
Causas y consecuencias
Prácticas culturales o cuestiones fisiológicas nos pueden llevar a esta situación. Quienes estudian el tema explican que en la sociedad occidental se perdió el 25 por ciento de las horas dedicadas a dormir, en detrimento de otras actividades.
“Algunos se quedan mirando televisión, con la computadora o el celular hasta muy tarde. Otros sufren dolores por enfermedades y no son bien tratados. Por esas y otras razones, hay personas que alteran el inicio o la continuidad del sueño durante la noche, y esto genera cansancio, malhumor y somnolencia durante el día", detalló Daniel Pérez-Chada, jefe del servicio de neumonología y clínica del sueño del Hospital Universitario Austral.
"Además, están los trabajadores en horarios rotativos y personas marginadas que viven en asentamientos, entre otras, también pueden sufrir trastornos del sueño", agregó el especialista.
Las personas que duermen mal y poco modifican su conducta y hasta personalidad, y hasta ponen en riesgo su vida: “se vuelven más irritables, sufren más trastornos de memoria, y adoptan conductas temerarias, como cruzar barreras del ferrocarril cuando viene el tren”, explicó.
¿Cómo conciliar el sueño?
Para conseguir un buen sueño, la médica neuróloga Mirta Averbuch, de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño y la Fundación Favaloro, dio algunos consejos:
- seguir horarios regulares para acostarse y levantarse por la mañana;
- dormir en un lugar tranquilo, y evitar usarlo para otras actividades como estudiar, mirar tv, o jugar con videojuegos…
- practicar ejercicio suave durante el día (caminar, nadar, pasear en bicicleta)
- darse un baño caliente antes de ir a dormir
- esperar dos horas después de cenar antes de acostarse
- evitar tomar café, té, mate, cacao, colas o cualquier estimulante del sistema nervioso después de las 6 de la tarde.