El Ministerio de Seguridad nacional y la Policía Federal Argentina le dieron un nuevo golpe al narcotráfico. Esta vez, quien cayó fue un disc-jockey que detrás de esa fachada escondía su real actividad: la distribución de LSD por correo.
Las autoridades informaron que comenzaron a investigarlo hace cuatro meses. El envío a Chile de un libro con mil dosis de droga en su interior disparó las alarmas y, tras detectarlo en cámaras de seguridad del correo, lograron atraparlo.
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En la vivienda del hombre, que trabajaba poniendo música en fiestas electrónicas, se realizó un allanamiento y secuestraron 5.600 dosis de LSD y marihuana.
Se presupone que las pastillas llegaban desde Europa y China. La distribución se concretaba mediante troqueles que habrían sido impresos en Argentina.