El 18 de agosto del 2021 amaneció con ráfagas de viento de entre 70 y 90 kilómetros por hora. Las condiciones meteorológicas no eran alentadoras y la pesadilla más temida no tardó en desatarse.
En tan solo ocho horas se quemaron 2.900 hectáreas. El fuego destrozó por completo 61 viviendas. 47 cabañas de madera y 14 casas quedaron reducidas a cenizas.
El fuego avanzó y quemó 65 metros por minuto en un frente de 3 kilómetros. Los primeros en llegar fueron los Bomberos Voluntarios de San Clemente y luego fueron apoyados por dotaciones de Potrero de Garay.
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En Potrerillo, un barrio cerrado entre San Clemente y Potrero de Garay, ocurrió el mayor desastre.
De 51 cabañas se quemaron 47. El pinar que rodeaba al hermoso lugar y las viviendas de madera se convirtieron en el combustible "ideal" para la destrucción casi total del lugar.
Los daños materiales fueron incalculables. Hubo pérdidas millonarias y animales quemados, aunque la evacuación de personas permitió que no haya víctimas fatales.
+ El informe en Noticiero Doce:
Del fuego a las cenizas
A un año, la zona atraviesa una cierta calma. Bomberos trabajan junto a la comunidad para un desarrollo y construcciones que eviten facilitar la propagación de incendios.
Se restableció el agua corriente y gran parte de la luz y electricidad del complejo. Hay seis cabañas reconstruidas y otras más con proyectos concretos.
El día del incendio marcó un antes y después en todos los habitantes de Potrero de Garay y San Clemente. Aunque en este barrio en particular todavía falta mucho trabajo, como el Ave Fénix busca renacer entre las cenizas.
+ VIDEO: El antes y el después en la zona del incendio: