Pasaron casi dos años del femicidio de Juana Valdez en Colonia Caroya. El 14 de septiembre de 2020, la Policía encontró semienterrado el cuerpo de la mujer de 43 años. Horas después, detuvieron a su esposo, sospechoso del crimen.
Antonio González, que en su momento tenía 35 años, simuló el hallazgo casual del cuerpo sin vida en un descampado ubicado a la vera de la Ruta Nacional Nº 9 (Norte).
Con el objetivo de confundir a los investigadores, manifestó desconocer que se trataba del cuerpo de su esposa. Sin embargo, las semanas pasaron y la investigación comprobó que González había sido el autor del asesinato. Incluso el cuerpo había sido enterrado tiempo atrás del hallazgo.
La fiscalía a cargo de Guillermo Monti entendió que el caso configura violencia de género al tratarse una manifestación de discriminación por la desigualdad real entre victimario y víctima, ejercida contra ella por su condición de mujer.
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Además, la situación ya existía desde antes del crimen a través de múltiples actos de violencia psicológica -amenazas reiteradas-, física -acometimientos demostrativos de la desproporción de tamaño y fuerza entre las partes- y presumiblemente económica -constantes intromisiones y obstaculización de las decisiones de la víctima respecto a la libre administración y disposición de sus bienes.
Este martes, el Ministerio Público Fiscal (MPF) informó que se pidió la elevación a juicio de la causa. El imputado se encuentra detenido a la espera del juicio por femicidio triplemente calificado por el vínculo, por mediar violencia de género y por alevosía.