La provincia de Córdoba vive la peor época de incendios forestales y aún se esperan meses dramáticos, por lo que sigue vigente el alerta por riesgo extremo. El miércoles, los valles de Calamuchita y Paravachasca sufrieron las consecuencias del fuego: en un día y medio, se quemaron más de 4.500 hectáreas.
Las condiciones climáticas adversas dificultaron las tareas de los bomberos. Las llamas arrasaron con fuerza sobre todo lo que tenían a su paso, causando graves daños materiales y ambientales. La gran cantidad de material combustible hizo que se vuelva casi imposible combatir el incendio.
El paisaje desolador cubierto de cenizas invadió la jornada de jueves. En medio del drama, Telenoche dialogó con especialistas en la temática: bajo la lupa quedó el uso del suelo y se puso en debate los recursos para la prevención.
¿Por qué se quema todo?
Eduardo Carugati, piloto Dirección Aeronáutica de la Provincia: “Después de cada verano llovedor, que genera mucho material combustible, al año siguiente con las heladas se seca. Por la imprudencia de la gente sucede lo que sucede”.
“Si bien hubo un alerta muy temprana por parte de los helicópteros, así y todo fue imposible pararlo”.
Francisco Beltrán, piloto Dirección Aeronáutica de la Provincia: “Por razones meteorológicas, como un rayo, o la caída de un cable o la colilla de un cigarrillo, ese material se enciende y, una vez que se enciende en zonas que tiene continuidad es realmente imparable”.
“Obviamente que si uno le agrega material combustible, en la zona donde haya incendio forestal, hace que sea de mayor magnitud”.
¿Las cabañas son el problema?
Diego Concha, director de Defensa Civil de la Provincia: “Indudablemente es de muchísimo riesgo tener este tipo de viviendas, del material que eran construidas de madera, y a su vez una forestación. Eso hace que sea muy peligroso. Obviamente hay que tener en cuenta que si tenemos viviendas rodeadas por material combustible es sumamente peligroso a la hora de un incendio. Indudablemente va a estar en riesgo la vida de la gente que habita y el bien donde vive”.
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“Hay que empezar a trabajar a futuro con más responsabilidad, sabiendo de que no se pueden construir viviendas en zonas donde haya monte nativo o bosque implantado porque el riesgo es latente y más en una provincia que está entre los 10 lugares del mundo con mayor riesgo de interfaces”.
Carugati: “Habría que tener en cuenta calles, corta fuegos y ciertas medidas de seguridad y no tan metidas dentro de la forestación”.
Beltrán: “Sí se tiene que trabajar, hay estudios y mucha gente capacitada para determinar cuáles son los márgenes de seguridad aceptables para este tipo de edificaciones: la distancia que puede haber entre la vegetación y una vivienda, a su vez, entre la misma forestación hacer cada tanto caminos que favorezcan en caso de incendio forestal para que no siga propagándose, quitarle la continuidad al material combustible”.
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¿Cómo evitar que siga ocurriendo?
Concha: “Tenemos que involucrarnos todo como sociedad y saber que los incendios de estas características ocurren y que todos tenemos que ser responsables para proteger nuestra vida y todas las bellezas naturales que tiene Córdoba”.
Santiago Reyna, ingeniero: “Tenemos climas muy secos, muy cálidos y con vientos muy fuertes, eso es lo peor. Ese tipo de problemas lo vamos a ver cada vez más seguido”.
“Cosas que ocurren muy lejos, como El Niño, traen problemas en lugares más cercanos. Entonces uno tiene que ir pensando que si ocurre, no genere tanto desastre. Ahí es donde la fuerza que ya tiene la sociedad –que está muy preparada con bomberos voluntarios y gente dedicada al tema-. Pero la pregunta es: ¿qué estamos haciendo con eso? Si no hacemos nada, de nada sirve que esté ahí”.