El ladrón de 29 años que fue baleado por un vecino en la zona de Camino a San Carlos murió en las últimas horas de este lunes e, inmediatamente, la imputación del hombre que disparó cambió. Ahora, investigan si se trató de un homicidio calificado por el uso de arma.
Juan Fernández Alé, abogado del vecino, reconoció que es "una imputación gravísima", pero aclaró que es lo que corresponde en el proceso y que "eso no significa que no haya actuado en legítima defensa privilegiada". "Están dadas todas las circunstancias: hay racionalidad en el medio empleado y advertencias previas", dijo sobre los segundos previos al disparo de la escopeta.
"Era la vida de él o la del delincuente", dijo el abogado.
"Es una persona de 69 años, que estaba custodiando a su familia. Es un 'gringo de antes' que tiene a sus hijos en la casa de atrás, estaba defendiendo a su esposa, a sus hijos y nietos", subrayó en Arriba Córdoba.
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En ese sentido, relató paso a paso la noche de terror que se vivió por culpa de la inseguridad: "Los delincuentes se acercaron en una camioneta dispuestos a todo. El fallecido tenía antecedentes y estaba con libertad condicional, se ve que no entendió el dolor del encierro y volvió a delinquir".
"Reventaron un portón sumamente reforzado, lo empujaron para adentro con una camioneta 4x4. Dentro de la casa rompieron otra puerta, y al cruzar la tercera puerta el vecino se los encontró a un metro y medio de distancia. Era la vida de él o la del delincuente. Hubo un solo disparo y él personalmente entregó el cartucho de la escopeta", sentenció el abogado.