"Mi vida cambió para siempre. Lo único que pido es Justicia". Casi sin fuerzas, ese fue el mínimo reclamo que pudo hacer Natalia, la esposa del hombre asesinado días atrás en Alto Alberdi.
"Yo tampoco venía a las marchas, las veía de casa. Nunca pensé que me iba a tocar. Le pido a la gente que salga, porque esta marcha es por seguridad para todos. Le puede tocar al familiar o al amigo de cualquiera", expresó con su hijo en brazos.
La mujer, acompañada por familiares, amigos y otras víctimas de la inseguridad, marchó por el centro en la tarde del viernes. El dolor y la bronca se repitieron en cada frase. "Es terrible. Algo inexplicable. Nadie entiende este dolor. Quedaron dos criaturas sin padre", reprochó su tía.
La hermana de Adrián, la última víctima fatal de los delincuentes, fue contundente: "El dolor queda para toda nuestra vida. Tanto en mi familia como en muchas otras. Que se haga Justicia, que cambien las leyes, que no salgan mañana o pasado".
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