Una nueva condena deberá cumplir el cura Julio César Grassi. Dictaron dos años de prisión por haber desviado dinero de donaciones que ingresaban a la Fundación Felices los Niños para pagar el alquiler de una quinta donde vivía.
En octubre comenzó a ser juzgado por este hecho que data de 2002, cuando el sacerdote se mudó a “La Blanquita” de 7.200 metros cuadrados, frente a la fundación a la que tenía prohibido la entrada.
El dueño de la quinta denunció una deuda a raíz de la falta de pago de algunos meses. La decisión de la condena fue dispuesta por el Tribunal Oral Criminal 3 de Morón.
Grassi ya había sido condenado a 15 años de prisión por el abuso de un menor que vivía en la fundación que él dirigía. Sin embargo, la condena no está firme porque los abogados apelaron a la Coste Suprema luego de pasar por todas las instancias judiciales.