Era 14 de octubre de 2018. Aaron Peralta tenía 15 meses de vida cuando ingresó al Hospital de Niños con graves lesiones en su cuerpo. Había sido derivado de urgencia desde San Francisco, adonde llegó proveniente de Morteros, donde vivía con su familia.
Sin embargo, los médicos ya nada pudieron hacer: tenía fractura costal, rotura de intestino y hematomas. Además, escoriaciones a nivel cervical y lesiones como si fueran quemaduras de cigarrillo. Aaron fue víctima de maltrato infantil.
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Un año después, su mamá Julieta Emiliano (22) y el padrastro Sebastián Álvarez (29) fueron condenados a cadena perpetua tras ser encontrados culpables del delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y alevosía. El hombre fue acusado de ser el autor material del crimen, mientras que ella de partícipe necesario.
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Durante el juicio, Álvarez aseguró: "Me da lástima lo que le pasó al chico. Nunca imaginé esto". Por su parte, la mamá de Aaron se limitó a hablar y siempre se mantuvo con la mirada baja, llorando desesperada. Ambas defensas solicitaron la absolución.
Por su parte, el abogado del padrastro expresó su disconformidad con la sentencia: "Se le adjudicó un agravante que en realidad no pesa sobre él, porque el vínculo lo tiene la madre biológica. Álvarez era un concubino de una relación de tres meses".