La Cámara 8ª del Crimen de Córdoba condenó este jueves a dos Policías, por un hecho de gatillo fácil ocurrido a fines de 2015. Los uniformados participaron de un operativo en Villa de Soto, en donde le dispararon por la espalda a un joven que estaba desarmado.
La víctima, Brian Figueroa, sobrevivió al balazo, pese a que estuvo internado varios meses en un estado grave. Tal como informó La Voz, en un fallo unánime, los jueces condenaron a 12 años de prisión al principal implicado en la causa, el sargento Carlos Christian Montoya, y a la cabo Marcela Lorena López, le dieron 6 años y 8 meses de cárcel.
+ MIRÁ MÁS: Sol, calor y tormentas: se prevén fuertes cambios de tiempo en Córdoba
El fiscal de Cámara, Hugo Almirón, había solicitado la prisión preventiva para ambos oficiales, alegando dos cuestiones, por un lado la gravedad del hecho y, además, el supuesto riesgo procesal. El fallo de la Cámara condenó a ambos policías bajo el cargo de tentativa de homicidio, y pidieron que se le informe al ejecutivo provincial, para que el caso sirva de instrucción a los nuevos recibidos de la academia.
Cómo ocurrió el hecho
El episodio tuvo lugar el 8 de noviembre del año 2015, en Villa de Soto, una localidad en el departamento de Cruz del Eje, en el noroeste cordobés. En aquel entonces, los dos policías se hicieron presentes en las cercanías del ferrocarril del pueblo, luego del aviso de un vecino por ver a dos personas extrañas.
Según la causa, el policía Montoya ingresó al baldío arma en mano mientras que su compañera alumbraba todo con una linterna. En ese marco, se habrían topado con Brian Figueroa quien se encontraba agazapado entre las malezas del predio. “¿Qué hacés ahí?”, le habría gritado el policía, por lo que el muchacho comenzó a correr.
En esas circunstancias y según lo detallado en la causa, el sargento Montoya habría efectuado tres disparos, siendo que uno impactó en la espalda del joven y lo atravesó a la altura del hemitórax izquierdo. Durante el juicio, el fiscal destacó que los disparos tuvieron intención de dar muerte, y eso complicó mucho la situación de los uniformados.
“¡Quemalo! ¡Quemalo!”, habría gritado la policía López, según el expediente.