Axel González fue víctima de una tragedia totalmente evitable. El martes por la tarde, con casi 40ºC en la Ciudad de Córdoba, el joven de 24 años quiso tomar agua de una canilla ubicada en la pared de un lavadero y murió electrocutado.
La víctima recién salía de trabajar en una rotisería de barrio Acosta. Su jefe lo estaba llevando. Hicieron tres cuadras hasta que vio un grifo y le pidió que frene unos segundos el auto para poder refrescarse debido al tremendo calor.
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Axel se agachó para tomar agua e inmediatamente recibió la descarga eléctrica. Comenzó a convulsionar y el dueño de la rotisería llamó al servicio de emergencias y a la Policía, pero nada pudieron hacer para salvarlo.
Todo apunta al carrito de choripán
El joven falleció en el lugar pese a que una vecina intentó reanimarlo incluso antes de la llegada del personal de salud.
La canilla estaba sobre una pared y todo apunta a que habría estado electrificada por una conexión clandestina del carrito que vende choripanes y lomitos ubicado en la esquina de las calles Ramos Mejía y Agustín Garzón.
Al parecer, según pudo saber La Voz, el carro de comidas tenía conectado un freezer de manera ilegal con un cable que pasa por la vereda y la pared del lavadero colindante.
El fiscal Guillermo González está a cargo de la investigación.