La Asociación de Bomberos Voluntarios de la República Argentina agrupa a más de 58.0000 miembros: 15.000 mujeres y 43.000 varones. Los define como "profesionales de la emergencia con vocación de servicio cuya misión es la de salvar vidas y proteger los bienes de la comunidad".
Una de ellos es Lucía Cruel, joven estudiante de Martillero Público y Corredor Inmobiliario y vecina de la localidad de Villa Rumipal. Este lunes saltó la alarma del cuartel local y ella se sumó al equipo que combatió el fuego.
La brigada trabajó en Villa Amancay, población de la zona que se vio afectada por un "fuego muy feroz que en pocas horas quemó casas", según lo definió Cruel en diálogo con El Trece. "Nos convocaron cerca del mediodía, y yo tenía que rendir entre las 8 y las 24 porque se me cerraba el examen".
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"Más o menos a las 21, cuando el fuego nos dio un poco de tiempo, fui al cuartel de Villa Yacanto a rendir", contó. Y explicó que eligió hacerlo porque viene "tan al día" con la carrera "que hubiera sido una pena tener que ir a recuperatorio".
30 o 40 minutos después de empezar terminó y volvió al trabajo con el resto de los bomberos: "Estuvimos hasta el otro día a la mañana". También contó que una compañera entró al examen con ella y le hizo una broma: "La mitad de la nota es para vos y la otra para mí".
"Me fue bien, aprobé", sentenció. Y aprovechó para elogiar a sus compañeros: "Es la historia de todos los bomberos voluntarios. Siempre pasa que mientras se apaga el fuego alguien tiene que volver a su casa a atender a sus hijos, o irse a trabajar".