La imagen de ese abrazo, dice más que mil palabras. Pilar de ocho años abrazó a su padre en sillas de ruedas, tras dar una larga pelea al coronavirus.
Darío estuvo internado 45 días y 30 los pasó en coma. Es camionero, tiene 43 años y tres hijos.
Por su labor esencial jamás dejó de trabajar. Sus viajes incluyen recorridos por todo el país. Hasta que se enfermó.
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“Volvió después de Semana Santa de un viaje a Necochea con 40 grados de fiebre. Se sentía muy mal. Al día siguiente se hizo el hisopado, y a las 24 horas llegó el resultado positivo para coronavirus”, relató su mujer a Infobae.
Valeria, la esposa, también se enfermó y su hija Pilar se ocupó de cuidar a su madre con comida e incluso le tomaba la saturación de oxígeno. “Es nuestro sol”, dicen a dúo los papás.
La mujer también tuvo que ser internada y Pilar estuvo al cuidado de sus hermanos y su madrina.
Tras diez días, Valeria recibió el alta, pero la batalla de Darío fue larga.
“Día por medio me acercaba a la puerta del sanatorio a pedirle a Dios un milagro, Pili le dejaba cantidad y dibujos de aliento a su padre que luego le acercaron a terapia”, agrega Valeria.
Finalmente, el día 39 revirtió su cuadro. Y en cinco días le dieron el alta hospitalaria. Perdió más de 15 kilos, solo camina con andador, y aún tiene dolor en las articulaciones debido al tiempo de cama.
Frente a la noticia que volvería a casa, amigos, y familiares directos se acercaron a la puerta de la clínica a recibirlo y ahí estaba Pilar que corrió a abrazarlo.