Un llamado al 911 advertía por una densa columna de humo en las Altas Cumbres. Esa alerta los llevó a descubrir un macabro hecho en barrio Autódromo de la ciudad de Córdoba.
La búsqueda de los cuerpos de las hermanas Esther Castro (41) y Sara Castro (39) derivó en un megaoperativo este lunes en la casa del terror, ubicada en la calle Oscar Cabalén al 6.500.
Los dos jóvenes (29 y 24 años) que confesaron el crimen fueron vistos en las Altas Cumbres el fin de semana. Fuentes cercanas a la investigación revelaron a El Show del Lagarto qué hacían los acusados en esa zona.
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Al parecer, automovilistas que circulaban por el Camino de las Altas Cumbres denunciaron la presencia de una columna de humo en una alcantarilla cerca de Copina. Policía Caminera llegó al lugar y observó una pequeña fogata doméstica.
Unos kilómetros más adelante divisaron a seis personas con aspecto desprolijo. Iban caminando con bolsos en dirección a Traslasierra. Eran dos hombres y cuatro menores, entre ellos, una beba de un año. Revelaron que se estaban yendo de “vacaciones a Mina Clavero”. Aseguraron que el viaje lo iniciaron en taxi, pero tras una discusión por el precio de la tarifa se bajaron en Copina.
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Como había menores de edad (17, 12, 6 y 1), la Policía Caminera los trasladó hasta la comisaría de Icho Cruz. Allí les solicitaron su identidad y los adultos revelaron que eran de apellido Castro y tenían domicilio en barrio Autódromo. Vivían en la casa del horror, pero hasta ese momento se desconocía el macabro crimen.
Luego les solicitaron el contacto de un familiar y, de acuerdo a lo que indicaron investigadores a este medio, uno de los números de teléfonos pertenecía a una de las mujeres que llevan semanas desaparecidas. El celular estaba apagado. Finalmente lograron dar con un tío, quien los retiró y llevó hasta barrio Autódromo.
El hombre estaba preocupado porque ni Esther ni Sara estaban en la casa. Quedó paralizado cuando sus sobrinos confesaron lo que había pasado: asesinaron a su mamá y tía.
Sin dudarlo, se dirigió a la Unidad Judicial 3 y denunció a los jóvenes, quienes no se resistieron cuando las fuerzas de seguridad irrumpieron en su casa. Fue en ese instante que la adolescente de 17 años contó todo lo que vio.
La fiscal de Violencia Familiar, Andrea Martin, investiga un complejo entramado familiar, supuestas prácticas de ritos satánicos y denuncias por abuso sexual.
Mientras policías, bomberos y personal del Departamento Unidades de Alto Riesgo (Duar) trabajan para encontrar los cuerpos que habrían sido desmembrados y arrojados a un pozo de agua de más de 50 metros de profundidad.