El 25 de octubre de 2020, Joaquín Paredes, de 15 años, fue asesinado en Paso Viejo, un pequeño pueblo del departamento Cruz del Eje, en el norte cordobés. Durante la cuarentena, y mientras estaba en una plaza con amigos, un grupo de policías disparó numerosas veces y lo hirió de muerte por la espalda.
Ahora, la fiscal de Deán Funes, Fabiana Pochettino, confirmó las graves imputaciones para los cinco agentes de la Policía de Córdoba: Mayķel Mercedes López, Ronald Fernández Aliendro, Enzo Ricardo Alvarado, Iván Alexis Luján y Jorge Luis Gómez son investigados como coautores de homicidio calificado por la calidad del autor y homicidio agravado por el uso de arma.
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Además, la funcionaria judicial sumó las imputaciones como supuestos coautores de homicidio calificado y homicidio agravado en grado de tentativa (por las heridas que sufrió otro joven), y como coautores del supuesto delito de abuso de armas de fuego agravado por la calidad de sujeto activo.
"Habiéndose incorporado numerosa prueba con el control de todas las partes, cuantiosas testimoniales, informes de Policía Judicial, apertura de teléfonos, informes anatomopatológicos. Hay muchísimo caudal probatorio, inclusive nuevas declaraciones indagatorias", detalló la fiscal.
Pochettino agregó que "todo ese caudal probatorio fue recolectado en el presente año". Así, la "hipótesis muta" y todo apuntará a demostrar que los cinco agentes estuvieron involucrados directamente en el crimen.
Qué cambió
Hasta hoy, solo uno de los policías (Mercedes López) estaba imputado como autor material del asesinato de Joaquín. Los cinco habían sido detenidos en un primer momento, aunque el pasado 9 de junio de 2021 tres habían salido en libertad.
El caso ocurrió poco después del crimen de Blas Correas, que también conmocionó a Córdoba y el país por la brutalidad policial para, supuestamente, hacer cumplir la cuarentena.