El pasado 15 de mayo, la policía de Tucumán inició un operativo en el que se intentaba desarticular un festival ilegal de caballos cuadreros en el paraje de Melcho, de la ciudad de Simoca. Luis Espinoza (31) fue arrastrado hasta un monte donde murió asesinado de un disparo en el pecho.
Después de una semana desaparecido, el 22 de mayo encontraron el cuerpo del trabajador rural envuelto en plásticos y atado con cintas. Apareció a 85 kilómetros de su casa, en el límite entre las provincias de Tucumán y de Catamarca. Por este hecho, nueve policías de la localidad tucumana de Monteagudo quedaron detenidos.
+ MIRÁ MÁS: Violencia policial en Chaco: torturaron a una familia Qom
Según los testimonios recabados por la Justicia, Luis se encontraba cerca de donde se disputaba esa carrera. Había regresado de hacer un trámite en Monteagudo cuando pasó por la zona de El Melcho para visitar a una de sus hijas. Allí se cruzó con su hermano Juan. Segundos después, fueron detendios y golpeados por agentes de civil y sin identificación policial.
El martes, los peritos confirmaron que el proyectil que mató a Espinoza salió del arma del oficial auxiliar José Morales. El pacto de silencio entre los policías se rompió cuando Juan Espinoza relató lo sucedido, a pesar de haber sido amenazado. Otros agentes también confesaron y señalaron a Morales como el autor del crimen.
El plan para deshacerse del cuerpo
Los arrepentidos declararon. Al parecer, el subcomisario Rubén Montenegro llegó al paraje y les ordenó a los policías trasladar el cuerpo de la víctima a la comisaría. Allí le secaron la ropa y lo encintaron. Montenegro se encargó de arrojar el cadáver por un barranco luego de viajar hasta Andalgalá, en Catamarca.
Con la intención de encubrir el crimen, borraron la mayor cantidad de evidencias. Sin embargo, el rastrillaje en la zona y la colaboración del hermano de Luis, lograron encontrar el cuerpo.
El pedido de justicia
La mamá del hombre, Gladys Herrera, rompió en llanto en diálogo con TN. "El comisario me juraba que no lo habían detenido, él sabía de la muerte. Todos los policías son cómplices. Quiero cadena perpetua. Dejó seis hijos y la madre no tiene con qué darles de comer. Pido justicia", reclamó.