Un abrazo que no olvida, un abrazo que siente como si fuera reciente. Cristóbal Bocco (19) es el amigo de Valentino Blas Correas (17) que sobrevivió a la balacera policial. Aquel 6 de agosto del 2020, uno de los proyectiles atravesó la capucha de su buzo.
Con la voz temblorosa, el joven recordó cómo fue ese último abrazo. Antes del inicio del segundo día del juicio habló en exclusiva con Noticiero Doce: “Tuve la suerte de estar con él los últimos minutos”.
Esa noche ya estaba acostado cuando recibió un llamado de Blas que lo invitaba al bar y a jugar a la play. “Terminé accediendo y yo creo que todo pasa por algo”, reflexionó.
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“Me acuerdo ver el sufrimiento cuando lo estaba teniendo, el orificio de bala que tenía en la espalda que era del tamaño de una pelota de tenis”, lamentó Cristóbal. Y confesó: “El último abrazo que le di cuando me bajé del auto, no me olvido más”.
Cristóbal y Blas se hicieron amigos a los dos años. “Es imposible olvidarme, tanto del primer día cuando nos cruzamos en sala de cuatro como el último abrazo del 6 de agosto. No me voy a olvidar nunca en mi vida de lo primero, ni del transcurso, ni de lo último”, prometió. Y reforzó: “Lo llevó en el corazón hasta el último día de mi vida”.
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La muerte de cerca
El amigo de la víctima fatal contó que cuando pasaron el retén policial frente el complejo Pablo Pizzurno, se dio vuelta y vio “a los dos policías con el arma arriba”. “Lo primero que hago es gritar que nos agachemos”, continuó.
“Yo me agacho y siento que algo me peina”, agregó. Sin embargo, al principio no se dio cuenta lo que le había pasado. Al mismo tiempo, Blas le avisó que estaba herido: “Ni bien le disparan, me dice: ‘Quito, me dispararon’. Pero medio entre sonrisas porque creía que era algo tranquilo”.
Segundo después, pasó lo peor: “Se quedó sin fuerzas y no dijo ni una palabra más”. En ese momento, se bajó del Fiat Argo junto a su otro amigo Mateo Natalí. “Lo quisimos bajar y tenía peso de muerto ya, era imposible”, lamentó y en su mirada quedó reflejado el dolor.
Para Cristóbal, continuar viaje los cinco “era erróneo” porque debían buscar ayuda: “Llamar a la Policía no iba a servir, fueron al hospital y tampoco sirvió”. Por eso, remarcó que haberse bajado del auto “sirvió mucho para que el arma plantada no haya quedado en la nada”.
Sobrevivió de milagro. El joven reveló que se dio cuenta de estuvo al borde de la muerte cuando fue a declarar a Jefatura.
“Revisándome la capucha sentí dos huecos del tamaño de una bala y no me quedó ningún tipo de duda", subrayó. “Tuve suerte o un ángel que me ayudó”, se sinceró.
Amigos y rivales
Cristóbal Bocco es hincha de Talleres y Blas Correas era fanático de Belgrano. Pero eso no impedía ser grandes amigos. De hecho, reveló que “tuvo la suerte de llevarlo a la cancha de Talleres” y compartir esa pasión que ambos tenían por el fútbol.
Ese día, Blas le prometió llevarlo al Gigante de Alberdi: “Cuando iba a la cancha conmigo me prometió: ‘Ya te voy a llevar’”. Pero la pandemia y el trágico final no se los permitió.
Sin embargo, el joven lo hizo por él y fue a ver Belgrano: “Ahora estoy yendo a la cancha para pagarle con la misma moneda”. “Ahora que tengo la oportunidad, de vez en cuando voy y me hace acordar cosas buenas de él”, contó y su cara volvió a iluminarse.