Extrañar. Esa palabra encierra una larga lista de deseos que cambia según la persona, el lugar, la historia. Pero que seguramente en todas o casi todas, hay personas. Extrañamos familia, amigos, amores, compañeros, cómplices en un contexto de cuarentena, de aislamiento social.
Hay un concepto científico que explica lo que nos pasa frente a la ausencia de afecto: el hambre de piel, la necesidad biológica de contacto humano, presente incluso en los bebés recién nacidos.
“El confinamiento nos ha desposeído de muchas herramientas que tenemos habitualmente para luchar contra las situaciones complicadas”, explica el neurólogo español Ángel Aledo Serrano. El contacto físico, los amigos, la familia cerca son parte de esa caja de herramientas que nos permiten atravesar momento difíciles.
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“Al mismo tiempo (tenemos) un estrés psicológico único como la pandemia, el miedo al virus, el efecto económico unido a esa incapacidad para adaptarnos a través del contacto con nuestros seres queridos”, cuenta el especialista alertando sobre la importancia de tener en cuenta estas situaciones para la toma de decisiones.
La importancia del abrazo
“Eso sí que está bien estudiado”, anticipa el neurólogo y explica que numerosas investigaciones demuestran qué circuitos cerebrales se activan cuando se produce un abrazo: “normalmente el sistema límbico que es el que tiene que ver con las emociones y sobre todo la oxitocina que es la hormora que más se segrega cuando nos abrazamos y tenemos contacto físico, permite disminuir y reducir el efecto de las emociones negativas”.
En definitiva, abrazarse nos hace más felices.
Las consecuencias de la cuarentena
Ya han sido múltiples los enfoques alternativos a los infectólogos que advierten sobre los efectos en la salud mental de la población, sobre todo cuando la cuarentena se extiende en el tiempo. El doctor Serrano también lo afirma: “Cada vez están saliendo más estudios que muestran depresiones, síndromes ansiosos, la necesidad del contacto físico y se está viendo que están dejando una huella”.
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En el final de la entrevista Serrano nos deja un mensaje esperanzador: “El ser humano se adapta a todo” y considera que las videollamadas, las formas que encontramos de mantener los vínculos nos ayudan a estar mejor. En la mayoría de los casos, los lazos entre los mismos convivientes se han fortalecido y eso genera alivio. “Los que han sufrido más son los que viven solos”, dice el neurólogo español.
+ VIDEO: la nota completa al neurólogo español Ángel Aledo Serrano: