Durante el primer semestre de 2023, 986 niños y adolescentes tuvieron causas penales iniciadas en la Justicia Nacional. El número representa un incremento del 21% en comparación con el mismo período del año pasado.
Según los datos de la Corte Suprema de Justicia, el 84% de las causas estuvieron vinculadas a delitos contra la propiedad. El 16% restante fue catalogado como “otros tipos de delitos”. El desagregado de este grupo es especialmente alarmante: el 34% fueron contra la integridad sexual y el 25% contra la administración pública.
Más de la mitad de los involucrados (56,3%) tenían entre 16 y 17 años. El siguiente grupo más grande fue el de 13 a 15, con 38,8%. También se observa una brecha en lo que respecta al género de los detenidos: el 92,6% eran hombres contra el 7,4% de mujeres.
Las causas
En Arriba Córdoba el exjuez de menores, Alberto Crucella, sostuvo que las estadísticas son el reflejo “del fracaso de un Estado que no se ha ocupado en 50 años de los niños”.
“Las políticas de minoridad, que deben ser ejecutadas por el órgano Ejecutivo, no han tenido ningún resultado viable. Tomo como referencia el comienzo de una ley de la época Videla en la que rige el destino penal de los menores que cometen delitos”, comentó.
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Más allá del marco regulatorio, resaltó el delicado contexto social que atraviesa a la Argentina y señaló tres problemáticas: la pobreza, la desintegración familiar y la droga.
“Tenemos padres con miedo, una familia en crisis y violenta, una escuela perdida, un Estado ausente”, enumeró. Y agregó: “Padres que asumen ser padres sin un compromiso de serlo, una escuela que ha perdido todo. Se nos rompió la educación”.
Soluciones
Crucella aseguró que las políticas que se implementen para revertir esta situación deberán ser de largo plazo pero remarcó que “hay cosas que se pueden ir haciendo”.
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En esa línea, sugirió bajar la edad de imputabilidad. “Un chico de 15 años sabe perfectamente discernir entre lo que es matar, robar o violar. Creo que para esa franja podría hacerse una salvedad y bajar la edad de imputabilidad en ese tipo de delitos violentos”, indicó.
Y amplió: “A esa edad no va a entender qué es una falsedad ideológica pero sí sabe perfectamente distinguir lo que es malo de lo que es bueno”. Por último, insistió en que este sólo puede ser un primer paso y que es necesaria “una política integral, seria y coherente en el destino de nuestros niños”.