Todo sucedió el sábado a la noche, mientras se festejaba el cumpleaños de dos chicas en un bar de la calle Juan B. Justo de Barrio Alta Córdoba. Jorgelina es dueña del lugar junto a su compañero trans Santiago. Ellos estaban trabajando, atendiendo a la gente que había ido a celebrar. Casa Warhol es un lugar destinado al arte y la cultura, enfocado en la defensa y el respeto por la diversidad y la inclusión.
+ MIRÁ MÁS: Alta Córdoba: robó en un kiosco y fue baleado cuando huyó.
Un grupo de jóvenes, identificados como rugbiers, llegaron invitados por terceros y, según afirman los administradores del bar, se comportaron desde el principio de manera indebida. Uno de ellos se destacaba del resto por su actitud: "Tuvimos que llamarle la atención varias veces ya que se dirigía a nosotros, trabajadores del lugar, con permanentes faltas de respeto, prepotencia y amenazas", indicó Jorgelina. En un momento, la situación se volvió insostenible y decidieron pedirle que se retirara del lugar. Ante su reiterada negativa, bajaron la música y esta persona habría entrado en un estado de furia.
"Me agarró de los pelos y me reventó la cabeza contra una columna de hierro con toda su fuerza", relató la mujer. El grupo de rugbiers se retiró y ella debió ser asistida por médicos en el Hospital de Urgencias. Si bien no sufrió consecuencias graves, a tres días del hecho todavía le duele la cabeza. Además, realizó la denuncia en la Unidad Judicial Número 13 por "lesiones y amenazas".
Su socio también presentó una denuncia por amenazas. "La discusión arrancó conmigo, le digo mi nombre y empezó con esa cuestión transfóbica, que si soy mina o tipo, se metió con mi condición de género", explica Santiago, que si bien está acostumbrado a las reacciones por su situación de género, le sorprendió la violencia con la que actuó esta persona.
+ Esta es la publicación de Jorgelina en su Facebook:
Por su parte, el Córdoba Rugby Club, al que pertenece el grupo de jóvenes, emitió un comunicado: