Natalí relató el calvario que su padre le hacía vivir en su casa de la localidad de Tres Cerritos, Salta. La adolescente de 16 años escapó y pidió auxilio en una comisaría porque, según su denuncia, el hombre le pegaba y la obligaba a comer caca de perro.
La menor, que llegó al lugar con heridas y su ropa ensangrentada en la mochila, contó que la noche anterior su papá la maltrató luego de llegar a su casa alcoholizado. Y relató paso a paso la violencia que sufrió por parte del hombre, un militar de 45 años, mientras la hacía responsable por la separación de su esposa.
Según contó, el hombre la obligó a arrodillarse y la golpeó con el puño cerrado. Lugeo la pateó con sus botas del uniforme, la golpeó con un cinturón y un palo de escoba. Tras la paliza, la obligó a comer la caca del perro que tienen como mascota.
Tras la denuncia de Natalí, el Juzgado de Violencia Infantil solicitó su traslado a un hogar de menores. Por el momento el padre sigue en libertad, pero se le prohibió acercarse a su hija.